Un coche nuevo, una casa nueva, un viaje increíble, conocer a alguien especial... A todo el mundo le hace ilusión algo o está ilusionado con algo. Aunque sea una tontería. Creo que nadie, y repito, nadie, en este mundo, puede decir que nunca ha estado ilusionado con algo.
Muchas cosas han pasado últimamente, y he aprendido que a cada uno nos duele lo nuestro (una expresión un tanto pesimista, en mi opinión), pero no entiendo a la gente a la que le hace ilusión que gane su equipo de fútbol o que su piloto favorito de Fórmula 1 quede primero en la carrera. Creo que existen cosas mucho más grandes en este mundo, o mucho más pequeñas. Un paciente de cáncer curado al que le empieza a salir el pelo, la ilusión de volver a despeinarse otra vez, eso sí que merece la pena. Muchos y muchas pensaréis que están locos por querer despeinarse pero, para ellos, volver a tener pelo es algo grandioso, que les devuelve la confianza que en su día perdieron, les sube la autoestima y les da a entender que ya lo han superado, que ya ha pasado lo peor, que están aquí y pueden vivir de nuevo.
Se dice que la felicidad viene dada por los pequeños detalles de cada día, las pequeñas ilusiones diarias. Hace dos meses, lo que estoy viviendo ahora me parecería un sueño muy difícil de alcanzar y, sin embargo, aquí estoy ahora, siendo capaz de correr, saltar... disfrutar de la vida, en general, que era lo que yo quería. Muchas pegas se me han puesto en estos últimos 2 años para que pudiese acabar con algo que había empezado, pero nunca me he rendido, y estoy completamente decidida a terminar con ello. Ahora retomo una etapa de mi vida que había dejado aparcada y que está por terminar. Y no pienso dejar que nada ni nadie me lo impida. Por encima de mi cadáver. Se van a enterar de quién soy yo.Porque vuelvo a tener ilusión por vivir. Porque que se me ha dado otra oportunidad.
