jueves, 23 de febrero de 2017

Si las memorias transfundieran...


Gozando de la falsa empatía perfumada, de los salobres espejos de una sociedad difusa, del embrión no nato que ya se remueve por la perfidia de lo que a las barreras transgrede. De los lobos inconmensurables que ya ni a esconderse bajo pieles de cordero acuden, porque puede más el miedo, aunque no por ello las mentiras pierden afición. Lo que quede al final de esta tragicomedia aún está por escribirse, y la pluma en nuestras manos está, solo es necesario encontrar la tinta a la que atenerse, que a nuestra elección quedará: ¿será de aroma a podredumbre o de refulgente amanecer de verano? El tiempo dirá, independientemente de si lo vemos o no.

Vive la vida

Si lloras de noche porque se ha ido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas.