"Erase un móvil a un humano pegado" es la frase que más digo últimamente. No hace mucho critiqué la manera en la que las redes sociales estaban influyendo en nuestra vida. Ahora le toca a los móviles. Con las nuevas tecnologías y el hecho de tener conexión a internet desde nuestro teléfono móvil, de repente este aparato se ha convertido en una parte indispensable en nuestra vida. Antes, cuando ibas por la calle, veías a la gente que iba hablando entre sí; ahora, y para desgracia en mi opinión, los ves andando por la calle, acompañados de alguien, pero no van hablando con esa persona. Su cabeza está pendiente del aparato que tienen entre las manos y al único que van haciendo caso.
Impresionante, ¿no? En mi opinión la sociedad actual está empezando a ser esclava de la tecnología. Se supone que nos debía hacer la vida más fácil, no hacernos esclavos. Ahora no sabemos vivir sin internet, sin el móvil, sin lo último, vamos.
Todo el mundo tiene en casa una televisión, un teléfono móvil, un ordenador. Son objetos que se han vuelto indispensables en nuestra vida. Y no deberíamos permitirlo, porque yo creo que aún estamos a tiempo de volver a usar la tecnología con su objetivo inicial, que era hacernos la vida más cómoda.
El ser humano comete errores, pero se le ha dotado de la capacidad de comprenderlos, aceptarlos y rectificar después.
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