sábado, 14 de marzo de 2015

Ciencia vs. Mitos/Leyendas Urbanas

Debido a la falta de conocimiento científico, en el pasado se creaban muchas leyendas urbanas para explicar cosas que no se entendían o, simplemente, para tratar de seguir un poco las corrientes (económicas, religiosas, artísticas) del momento.

Por ejemplo, algunos de los mitos más conocidos tienen que ver con la menstruación de las mujeres. ¿Quién no ha oído aquello de "Si una mujer mestruando hace mayonesa, se corta"? En serio, no sé qué tipo de persona machista dijo algo así, pero lo llego a pillar y no tiene sitio para correr. O también aquello de "Las mujeres mestruando no puedes ducharse porque se les corta el periodo" ¿En serio? Quiero decir, cuando menstruas, lo suyo es que te duches más veces porque esa es una zona muy delicada y pasa TODO EL DÍA húmeda y en contacto con la sangre. Puede que sea un tema un poco tabú, pero alguien tenía que decirlo.

Dejando un poco de lado esos mitos, y para evitar que me exaspere, quiero hablaros de uno muy extendido y que se ha demostrado científicamente que lo han estado y lo están (sí, muy triste, pero aún se lleva) haciendo mal. Supongo que os suena la situación de cuando tienes fiebre, estás tapado hasta las orejas y tu madre (o quién sea) te dice que te destapes y así te baja la fiebre. ¿Lógico? En realidad no, porque aunque estés a 30 grados bajo cero, como el cuerpo diga que quiere tener fiebre la va a tener. Bueno, pues lo que se ha comprobado, es que cuando alguien tiene fiebre, lo que tiene que hacer es tomarse algo y taparse más hasta que la temperatura corporal comience a bajar lentamente. ¿Por qué? Porque la primera reacción del cuerpo cuando tiene frío es ponerse a temblar. Pero si la diferencia de temperatura entre el exterior y el interior del cuerpo es demasiado grande (como sucede cuando tenemos fiebre) lo que va a hacer nuestro cuerpo es ponerse a temblar. Si la diferencia sigue aumentando, podemos caer en un shock térmico y ponernos a convulsionar. Está probado científicamente, así que no me estoy inventando nada.

lunes, 9 de marzo de 2015

Inconformista

Siempre me pasa lo mismo: cuando escribo algo, lo voy corrigiendo según escribo. Cuando termino lo que he escrito lo leo y corrijo las partes que no me gustan del todo, quito cosas y meto otras. Lo vuelvo a leer y me pasa lo mismo. Creo que lo hago como tres o cuatro veces por lo menos. Y aún así nunca estoy conforme con como queda al final. Siempre me parece que hay alguna cosa sosa, que sobra o que no está bien explicada para que se entienda bien. Que faltas descripciones, que fallan los diálogos... Que soy muy estricta, leñe. Pero no puedo evitarlo, es parte de mí y lo hago con todas las cosas en mi vida.

Si quieres algo bien hecho, tienes que hacerlo tú mismo. Pero ni aún por esas me conformo. No me considero una buena escritora. Escribo por afición, por mejorar y porque quiero que a la poca gente que me lee le gusten mis historias y ya. No quiero ni puedo vivir de ello, porque no tengo límites para las cosas que me apasionan. La Biología encabeza mi lista de momento, pero es que no podría poner tampoco un número a cuánto me gusta.

Bueno, lo que quería decir: que por muchas veces que repase uno de mis escritos, siempre hay algo que no veo bien del todo. Nunca me convencen al 100%. Y lo peor de todo es que, una vez colgados, cuando los vuelvo a leer, ¡y siempre hay alguna falta de ortografía o de gramática! Que es lo que no entiendo, porque con la de veces que los repaso lo raro sería que se me escapara alguna pero, en fin, qué se le va a hacer. Las cosas son así y no se puede hacer nada más.

domingo, 8 de marzo de 2015

Ideas

Estoy en un momento en mi vida en el que todo son ideas. Mi cabeza está día y noche bombardeada por ideas sobra una historia que me ronda la mente desde hace meses y, gracias un precioso empujoncito de alguien a quién admiro mucho, he decidido llevar al formato digital. No sé qué saldrá de todo esto, simplemente necesito dejar salir estas ideas de alguna manera y compartirlas con alguien. Gracias a mi gatita blanca por ese pequeño empujón que me has dado y me ha animado a escribir de nuevo, a pesar de que no estoy muy segura si tendré tiempo para ello.

Vive la vida

Si lloras de noche porque se ha ido el sol, las lágrimas te impedirán ver las estrellas.